¿Es útil dar un azote?
El golpe en la mesa, el grito y el azote duran solamente mientras que los niños están asustados. Después del susto muchos de los efectos de diluyen. Busca el compromiso, no el susto. Precisamente el líder lleva los galones porque no los usa nunca.
Muchos padres creen sin maldad que un azote a tiempo es la llave para para educar a sus hijos. «Yo fui educado a golpe de yunque y sólo lo uso como última opción», se justifican. No hay ningún estudio serio que justifique ese comportamiento. Lo usan como un atajo, como un ultimátum en lugar de invertir tiempo, mucho tiempo, en educar con el propio ejemplo. Un azote no educa y sólo crea resentimiento. Un azote a un niño, un grito a un abuelito o una falta de respeto a tu pareja es una manera violenta de imponerse sobre una persona que no puede defenderse. Fíjate como tratan muchos padres a los indefensos niños y a los indefensos abuelos: usan la amenza, el chantaje y la coacción. Cuando azotas generas agresividad, resentimiento y rebeldía. Educa con tu propio ejemplo, y no mediante el uso de la fuerza.
Si tu querido hijo usa la violencia a la primera para resolver sus conflictos, ¿de dónde crees que ha sacado ese patrón de comportamiento? La violencia es un atajo que no funciona y que te llevará a un destino donde no querrás estar. Disciplina no quiere decir castigo. Puedes corregir sin herir. ¿Cómo? Empieza a liderar con tu buen ejemplo y no con tu poder, corrige el hecho y nunca a la persona.
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