Así conecta el número uno con su audiencia
¿CÓMO CONECTA EL NÚMERO UNO CON SU AUDIENCIA?
¿Te imaginas una iglesia que tuviera 17.000 asientos y que semanalmente acudieran 45.000 personas?, ¿sería de grande como un estadio de fútbol? Esa iglesia existe en Lakewood, Huston. El pastor se llama Joel Osteen y compró el estadio donde jugaban los Huston Rockets para instalar su iglesia. Y no solo eso, su canal de televisión llega a 10 millones de personas cada semana, y es autor de 7 libros que han estado hasta 200 semanas en el numero uno de Estados Unidos.
Seas religioso o no, lo que está claro es la capacidad de influir que tiene Joel Osteen sobre su audiencia ¿Qué hace para conectar? Aquí tienes 7 ideas.
Siempre presenta el asunto del que quiere hablar: “Hoy les voy a hablar de…”. Así la audiencia sabe donde quiere llegar. Primero presenta el menaje principal y luego lo va desmenuzando durante su presentación.
Cuenta historias. Llena sus sermones de anécdotas, experiencias vividas, ejemplos cercanos, analogías y metáforas. Así hace que su mensaje sea más cercano a su público. Consigue que se suban a la historia, que dibujen la situación y que se pierdan en ella con la imaginación. Pone pasión al contarlo, y la pasión se contagia. Y no sólo cuenta historias, también añade diálogo para darle vida y ritmo.Las cuenta como si fueran reales.
Comienza con un chiste, y además su audiencia lo espera con ganas. Empezar con un chiste no es recomendable porque es muy arriesgado, es posible que no tenga gracia y ponga la presentación cuesta arriba. Joel Osteen rompe esa recomendación y además intercala el humor durante su presentación porque sabe que hace sentir bien al público, y como se sienten bien, ríen.
Se equivoca, ¿y qué? Después de meter la pata Joel sigue hablando. En un sermón reciente dijo: “como decían los Corintios…”, se quedó en blanco y dijo: “bueno para que repetirlo, todos sabéis que dijeron los Corintios”. El publico rio, Joel les miro sonriendo, y siguió con su presentación
No usa el PowerPoint, ni siquiera una imagen. Habla directamente desde su corazón al público, delante de todos y siempre cerca del atril. Es llamativo porque se aprende el texto literalmente de memoria, y ni mira sus notas. Así es como, según dice Joel, “evito repeticiones y perder el hilo durante la presentación”. Es llamativo que, aunque nunca habla desde el atril, se mantiene siempre muy pegado, casi tocándolo.
Es cercano, sincero y auténtico. Se presenta como es él, como uno de ellos, con humildad, mostrando sus imperfecciones. Eso lo siente la audiencia y por eso conectan. Usa un lenguaje simple que hace que el publico lo entienda y se sienta inteligente. El foco está en la audiencia, no en él. En lugar de demostrar nada ni exhibirse, está al servicio del público y les premia con un mensaje.
Usa la regla del tres para darle ritmo al mensaje. En sus sermones lo utiliza de esta manera: “sigue trabajando; sigue creciendo, sigue marcando la diferencia”. En lugar de decir, “trabaja, crece y marca la diferencia”, usa la regla del tres para aumentar la emoción del momento para que el mensaje se recuerde mejor.
Estas 7 ideas son solo indicativas, es lo que le funciona a Joel Osteen. Cuando hables en público, no te metas en un molde fijo, ni copies a otros presentadores. El público lo notará nada más verte. Olerá que estás aplicando las típicas técnicas para hablar en público. Los “speakers” falsos y enlatados que hacen los típicos gestos poco naturales y perfectamente calculados nos hacen perder el interés, y desconectamos.
¿Qué puedes hacer? Simplemente sé tu mismo, con tus defectos. Muéstrate tal como eres, que vean tu personalidad. Así serás diferente. ¿Qué es aquello que te hace único y que nadie puede copiar?
Fotografía de Timothy Fadek